jueves, 2 de junio de 2011

El sentir de una escultura: La Maternidad

Escultura ubicada en Tierra de Nadie, lugar emblemático de la Universidad Central de Venezuela, en donde la libertad y la naturaleza se combinan para brindar tranquilidad a sus visitantes.
La obra recrea a una madre acostada cargando a su hijo. La alegría, el bienestar, el amor de dos seres que se aman se ven claramente representada.
Esta obra de arte, transmite una sensación de movimiento desde todos los puntos de observación, pues las curvas y la asimetría son sus principales características.
Emociones van y vienen. ¿Cómo imaginar a una madre sin su hijo, después de ser testigo de tan grandiosa unión?
Su color es como la noche, oscuro, denso pero sutil. No está dedicada a nadie en particular. Al sentirla y contemplarla te sentirás identificado, arropado, avasallado porque como dice el refrán el amor de madre es universal. 
Su placa, da cuenta de, que han pasado cincuenta y ocho años desde su creación, tiempo que se refleja en su superficie desigual y en su textura rugosa. Sin embargo, todo sigue embellecido, parece que el tiempo no ha hecho estragos con la efigie del amor.
Al tocarla, el frio como el hielo eriza la piel, producto del clima lluvioso, sombrío, el cual hace contraste con la felicidad que nunca deja de generar en el espectador.
El espacio que la envuelve, sin duda alguna es el más apropiado, pues Tierra de Nadie no tiene dueño, los estudiantes, caminan, juegan, se ríen y  esa es la sensación que da el niño en los brazos de su madre.